Cayetano Álvarez. Redacción.
Foto: Cruz Roja
Cruz Roja Juventud de la Región de Murcia, junto con la concejalía de Juventud del ayuntamiento de Murcia, ha presentado un detallado trabajo sobre situaciones violentas en la capital huertana.
La finalidad del trabajo, de una manera general, es servir de herramienta para la prevención de situaciones de violencia en el entorno de los adolescentes así como fomentar la igualdad o sensibilizar en el respeto y la tolerancia.
Las conclusiones del estudio son reveladoras: Un 80,8 por ciento de los jóvenes consultados detectan en su entorno situaciones de violencia tales como peleas, insultos o amenazas. Sólo el 18,9 por ciento asegura no percibir violencia a su alrededor.
Igualmente, el porcentaje de implicados directos en algún episodio violento, porque lo sufrieron o porque participaron en él, es del 17,4 % de la población estudiada.
El estudio se ha llevado a cabo en 26 colegios públicos y privados del municipio de Murcia entre adolescentes de 12 a 16 años. En la elaboración de las actividades y distribución de las 700 encuestas utilizadas han participado 35 monitores y monitoras de CRJ.
Uno de los objetivos del estudio es inculcar en los adolescentes una reflexión sobre la violencia para que aprendan a detectar cuándo se manifiesta. "Queremos hacerles comprender que la violencia no es sólo física o verbal sino que también se ejerce a base de silencios, haciendo el vacío a un compañero, por medio de un chantaje, etcétera" afirma Águeda Gómez Cos, coordinadora de CRJ y una de las responsables del trabajo.
Tras estas pautas, el estudio arroja sus datos: El 8,21 por ciento reconoce haber sufrido algún acto de violencia en forma de humillaciones (40,4 %), agresiones físicas (29,8 %), amenazas (15,8 %), robo (8,8 %) o chantaje (5,3 %).
La prevención de las conductas violentas constituye una de las labores más consolidadas de Cruz Roja Juventud; en Murcia se lleva a cabo en unos quince colegios. No obstante, el estudio ha servido para perfilar y precisar los contenidos de dicha actividad para el curso próximo, según comenta Eduardo Hernáez, miembro de CRJ y uno de los responsables del estudio.
Otra conclusión del trabajo es que los adolescentes que ejercen activamente la violencia son el 8,93 por ciento. Ésta se produce mayoritariamente entre los propios compañeros de clase, en el aula y de lunes a viernes. Los niveles más altos se dan entre alumnos de primer de ESO, de 13 y 14 años de edad.
La mayoría de los adolescentes suelen compartir estas dolorosas vivencias con amigos de su misma edad, algún familiar o un profesor aunque un número importante de jóvenes no se lo suele contar a nadie.
Por eso en los talleres de prevención de conductas violentas de CRJ se insiste mucho en en informar sobre los recursos existentes en defensa de los más débiles como el teléfono 112 o el de ayuda al menor. "Queremos hacerles ver que la denuncia es un derecho", añade Águeda Gómez Cos.
Del total de la muestra, sólo un 7,8 por ciento denuncia de manera explícita las situaciones de violencia, aunque el porcentaje se incrementa hasta el 14 por ciento entre las víctimas.
¿Por qué se denuncia poco? Según las respuestas del estudio porque "no sirve para nada" (34,6 %), "para evitar represalias" (29,2), "por no ser un chivato" (25,3) o por "miedo" (14,6). Pero si contesta la víctima, entonces el miedo es la primera causa para no denunciar (31,6 %).
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