Boletín digital - Nº16 8 de marzo de 2007   digital.cruzroja@cruzroja.es   
 
 Un hogar para la diferencia

Texto: José Luis Hitos
Foto: Rafael Alcaide

"Que los niños convivan en un ambiente lo más parecido posible a una familia". Con esas palabras resume Soledad Bravo, la filosofía de la residencia de menores con necesidades especiales que Cruz Roja Española gestiona en Córdoba, del que es directora.

Tal fue, de hecho, el espíritu con el que nació este centro allá por junio de 2001, cuando la Consejería de Igualdad y Bienestar Social solicitó a la institución que se hiciera cargo de un grupo de pequeños y adolescentes cordobeses acogidos hasta entonces por otra entidad.

Y hoy, casi seis años después, eesa continúa siendo la premisa que guía la actuación y el comportamiento de los profesionales y voluntarios que dentro del mismo trabajan.

Desde la directora al psicólogo, pasando por la trabajadora social, la fisioterapeuta, los cuatro educadores, los cinco auxiliares de clínica y aquellos que regalan parte de su tiempo a la vivienda, todos conforman esa gran familia que los diez pequeños que la habitan necesitan para olvidar, en la medida de lo posible, sus difíciles currículos vitales e ir, poco a poco, dando pasos hacia un futuro mejor.

Pasos como los que ya dieron, Javi, Jose, Miguel, Isa o Antonio -entre otros tantos que ya abandonaron la residencia-, o como los que ahora dan Rubén, Samuel, Manolo, Carlos o Casandra, actualmente en el centro.

En total, en los seis años de vida de esta casa de acogida, sus paredes han sido testigos mudas del crecimiento y la educación de 24 menores, todos ellos con algún tipo de discapacidad sensorial, motórica, psíquica o alguna alteración grave del desarrollo.

Obstáculos que, no obstante, tratan de ser paliados desde Cruz Roja a través de dos programas de intervención específicos: uno de fisioterapia, financiado por la Junta de Andalucía, para desarrollar la movilidad funcional de algunos pequeños que la tienen muy limitada.

Y otro de estimulación del lenguaje y la comunicación para el cual el centro cuenta con la colaboración de un equipo interdisciplinar de especialistas de prestigio internacional, pertenecientes al centro 'Al-Mudaris'.

Pero quienes más trabajan y se esfuerzan por minimizar los efectos de esas discapacidades y por alcanzar una mayor autonomía e integración social son, sin duda, los propios niños.

"De ellos se puede aprender mucho", reconoce Bravo, quien afirma que los años que lleva al frente de este proyecto le han servido para hacerse "más consciente de las capacidades que todos tenemos y que, gracias a ellas, somos capaces de superar cualquier cosa".

Hasta la fecha, la residencia de Cruz Roja Española es la única existente en toda Andalucía para atender a menores con estas características. Una lección de vida en pleno casco histórico de Córdoba.


 
 Enlaces


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