Imagen de la favela Rocinha en Río de Janeiro, Brasil. © Federación Internacional.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ha presentado la edición 2010 de su Informe Mundial sobre Desastres en el que alerta que los 2.570 millones de habitantes urbanos que viven en países de bajos y medianos ingresos son vulnerables a los niveles inaceptables de riesgo que acrecientan la rápida urbanización, la precariedad de la gestión urbanística local, el crecimiento de la población, la deficiencia de los servicios de salud y, en muchos casos, la creciente oleada de violencia urbana. Gran parte de esa población urbana también está sumamente expuesta a las consecuencias del cambio climático.
Como conclusión en el Informe se indica que entre dos tercios y la mitad de la población de la mayoría de las ciudades de países de bajos y medianos ingresos vive en asentamientos informales donde es común que las autoridades locales se nieguen a ofrecer la infraestructura y los servicios esenciales que tanto contribuyen a reducir el riesgo de desastres.
En el informe se afirma también que la causa principal de que haya tantos damnificados por desastres urbanos reside en que 1.000 millones de personas viven en casas precarias situadas en lugares sin ninguna infraestructura de reducción de peligros ni servicios. Un año cualquiera, más de 50.000 personas pueden morir en un terremoto y otros 100 millones verse afectados por inundaciones; los más afectados suelen ser los habitantes vulnerables de las ciudades.
Por todo ello, en el Informe se insta a la comunidad internacional, gobiernos y ONG a abordar de inmediato la brecha del riesgo urbano que existe entre aquellas ciudades que están bien gestionadas y disponen de los recursos necesarios, y aquellas que se debaten con la falta de recursos, conocimientos y voluntad de asegurar un buen funcionamiento del entorno urbano.
Una buena gestión urbana es indispensable para asegurar no sólo que los habitantes estén capacitados y sean consultados, sino también que participen en el desarrollo de su entorno urbano en lugar de vistos abocados a la marginación y expuestos a los desastres, el cambio climático, la violencia y la mala salud.
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