Delegados de Cruz Roja trabajando en la operación de Haití
En 2006, el Consejo de Ministros del Gobierno español aprobó el Estatuto del Cooperante y estableció el día 8 de septiembre como Día del Cooperante. Desde entonces, en torno a esa fecha, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y el resto de actores de la cooperación española (ONGD, CCAA, entidades locales, etc.) celebran la Semana de la Cooperación.
La Semana de la Cooperación representa una oportunidad no sólo para reconocer el trabajo y esfuerzo de los cooperantes, sino también una oportunidad para sensibilizar acerca de la cooperación internacional como una actividad que contribuye a mejorar la situación de las personas más vulnerables de todo el mundo. Entendiendo como parte de esa mejora la reducción de la pobreza y la promoción de los derechos humanos.
Los cooperantes son de alguna manera "la voz de los olvidados" y allí donde hay una emergencia, como la actual crisis alimentaria del Cuerno de África o el terremoto que asoló Haití en 2010, hay cooperantes. Allí donde hay comunidades que necesitan apoyo para fortalecerse y desarrollarse y dejar de depender de la ayuda internacional, hay personal cooperante.
Su trabajo constituye un impulso a la conciencia solidaria de los países desarrollados. A través del testimonio de sus delegados en el terreno, Cruz Roja activa esa conciencia y sensibiliza a la sociedad sobre los problemas y dificultades que acontecen a los más vulnerables del mundo.
Sólo en el último año, Cruz Roja Española llevó a cabo más de 350 misiones internacionales, en las que participaron 300 cooperantes.
Estas misiones de emergencia, de desarrollo y de cooperación institucional, se ejecutaron en más de 60 países, mayoritariamente del continente americano, en parte a consecuencia del terremoto de Haití, pero también en África; en Asia y Oriente Medio; e incluso en Europa.
Libia, Siria, el Cuerno de África, Haití, son sólo algunos de los lugares en los que hoy mismo hay delegados de Cruz Roja cumpliendo con su misión de mejorar la vida de las personas más vulnerables, fomentando los valores humanitarios y la dignidad humana, y dando así voz a los que no la tienen.
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