Orientadores y orientadoras laborales constituyen el eje conductor de todo proceso de inserción laboral. Contribuyen, de manera fundamental, a hacer frente a una parte importante de las dificultades y limitaciones que las personas encuentran en su acceso y mejora en el empleo. Trabajando con el orientador u orientadora cada persona consigue: Identificar cuál es su punto de partida y potencialidades respecto al mercado de trabajo. Definir sus objetivos, aquello que quiere conseguir respecto al empleo. Conjuntamente establecen el camino a seguir y los pasos que debe dar cada persona para lograr sus metas: en qué actuaciones formativas ha de participar, cuáles son las gestiones paralelas que tiene que realizar... Los orientadores y orientadores profesionales acompañan a la persona a lo largo de todo su proceso hacia el mercado de trabajo: identifican los sectores en los que existen mayores oportunidades de empleo, tutorizan las acciones formativas que emprenden, asesoran en los procesos de selección en los que se presentan como candidatos, y realizan un seguimiento periódico de su inserción en el mercado de trabajo.

Para cualquier persona, la formación es una de las principales vías de adquisición y mejora de cualificación profesional. En los itinerarios integrados de inserción, la formación cumple un papel fundamental para mejorar las posibilidades de las personas más vulnerables de encontrar un empleo facilitando tanto su acceso al mercado laboral como el mantenimiento y la mejora del puesto de trabajo. Los formadores y formadoras desarrollan una adaptación permanente de los contenidos a los requerimientos específicos de las personas con especiales dificultades para acceder al empleo. Son muchas y muy diferentes las iniciativas formativas. En líneas generales pueden ser agrupadas en dos categorías: Formación prelaboral: habilidades sociales para el mercado de trabajo, aprendizaje del castellano, hábitos laborales, talleres de competencias transversales para el empleo, salud e higiene en el trabajo, ... Capacitación profesional: aprendizaje de un oficio, reciclaje ocupacional, adaptación a los requerimientos de cualificación del tejido empresarial, prácticas en empresas...

El contacto entre las y los participantes en las iniciativas de inserción laboral y el mercado de trabajo es un paso estratégico especialmente en el caso de las personas que, contando con capacidades y competencias profesionales adecuadas, necesitan de un especial acompañamiento en todo lo relativo a un proceso de selección. Los gestores y gestoras de empleo prestan una especial atención a este acompañamiento, mediando entre la oferta y la demanda de puestos de trabajo, realizando labores de preselección, haciendo seguimiento en el puesto de trabajo de las personas contratadas... A través del servicio de intermediación: Se promueve el acceso a un puesto de trabajo. Se favorece la diversificación de las ocupaciones y sectores en los que habitualmente trabajan las personas en situación de dificultad social.

En muchas ocasiones, las personas que quieren acceder al mercado laboral no se han planteado la posibilidad de generar ellas mismas su puesto de trabajo mediante autoempleo. Los técnicos y técnicas de Cruz Roja, a través de una metodología motivadora, buscan despertar las inquietudes del participante por emprender su propio negocio, haciéndole ver la realidad a la que se tiene que enfrentar. El apoyo de estos técnicos y técnicas abarca desde que se detecta el interés de la persona por desarrollar una iniciativa de autoempleo hasta que han pasado al menos dos años desde la creación de su propio empleo o la constitución de la empresa.

El Voluntariado es una pieza clave en el funcionamiento de Cruz Roja, dando identidad a la organización y caracterizando su actividad e historia. En el caso de las iniciativas de inserción laboral, los voluntarios y voluntarias desarrollan un amplio abanico de actividades. Enseñanza del castellano, desarrollo de tareas de sensibilización, tutoría en ciberaulas, sesiones informativas sobre mercado de trabajo e información sobre autoempleo son sólo algunas de las actuaciones a través de las cuales los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja contribuyen al acceso al mercado de trabajo por parte de las personas en situación de dificultad social.

La inserción laboral de las personas en dificultad social es un objetivo difícilmente alcanzable sin la participación del sector empresarial. Por este motivo, la colaboración de las empresas es una de las piedras angulares del trabajo realizado por Cruz Roja para promover el acceso de las personas en situación de dificultad social al mercado de trabajo. Colaborando con los Servicios Integrados de Empleo de Cruz Roja, las empresas no sólo atienden a sus necesidades de personal, al incorporar en sus plantillas a trabajadores y trabajadoras de diferentes realidades sociolaborales; también materializan su responsabilidad con una sociedad más justa y cohesionada.