Reedición de la publicación del Portal SerCuidador en enero de 2011
Uno de los principales factores que determinan la difícil cotidianeidad de las personas cuidadoras y la propensión a padecer enfermedades -físicas y psicológicas- son lo que se conoce como pensamientos erróneos.
La aparición de pensamientos erróneos es muy común
entre quienes cuidan a una persona de la familia
Los pensamientos erróneos son aquellos pensamientos y sentimientos que no se corresponden con la realidad o con las situaciones objetivas a las que estamos expuestos. Del mismo modo, estos pensamientos aparecen de forma constante u obsesiva y nos provocan un elevado malestar y nos sitúan alejados de una situación en la que poder tomar decisiones acertadas y prestar adecuadamente los cuidados que pueda necesitar nuestro familiar.
Como venimos repitiendo desde que SerCuidadorA comenzó a andar, una actitud positiva por parte de la persona cuidadora, proactiva ante la resolución de los problemas y ante el afrontar las dificultades, con la determinación de cuidar de forma adecuada de nuestro familiar y de nosotros mismos supone la estrategia recomendada para afrontar la carga y las dificultades propias de los cuidados.
Sin embargo, no siempre es fácil mantener esta actitud y pensamientos positivos. De hecho, la aparición de pensamientos erróneos es muy común entre quienes cuidan a una persona de la familia, por lo que este fenómeno se antoja como uno de los aspectos a abordar con mayor premura cuando hablamos de intervención en personas cuidadoras no profesionales.
Estos son algunos de los factores que influyen en la aparición de pensamientos erróneos:
- La propia dificultad y exigencia de los cuidados
- La auto-exigencia sobre la calidad de los cuidados
- Las preocupaciones por el futuro de nuestro familiar y el nuestro
- La incertidumbre
- Bajos estados de ánimo
- Falta de apoyos para prestar los cuidados
Pedir ayuda es uno de los primeros pasos
en la dirección correcta a la hora de cuidar
Consejos para afrontar los pensamientos erróneos:
- Estar alerta ante cómo nos sentimos. Si sabemos que pueden aparecer, los detectaremos con prontitud cuando lleguen.
- Toda ayuda que podamos recibir es necesaria. No deje de pedirla si cree que la necesita.
- Expresar cómo nos sentimos ayuda a aliviar la intensidad de estos problemas. Podremos hacerlo con amigos, familiares o profesionales
- En ocasiones, ante un sentimiento provocado por una situación concreta, alejarnos de la situación nos permitirá relativizarla y evaluar la importancia real de ésta
- Contrastar los pensamientos y sentimientos con la realidad de la situación
- Ser excesivamente exigentes con nosotros mismos juega en nuestra contra. Exijámonos en la medida que podamos responder. Abandonemos las demandas excesivas
- Cuanto más apoyo recibamos en nuestras tareas, menores serán los sentimientos y pensamientos negativos y mejor nuestro estado de ánimo. Todo apoyo que podamos recibir es imprescindible.
- El ejercicio físico y la actividad es muy importante para afrontar estados de esta naturaleza.
- Descansar adecuadamente
Para ampliar información consultar:
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