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GUÍA DE CUIDADOS - QUIERO CUIDAR MEJOR DE MÍ FAMILIA

Conductas Difíciles en Nuestro Familiar

Cuando se produce una situación difícil en el cuidado diario debamos tener en cuenta que puede ser debido a un malestar o sentimiento negativo, así como a un tratamiento farmacológico o cualquier signo de frustración generado en la persona mayor debido a su situación, en otros casos probablemente pueda encontrarse la causa en un proceso de deterioro cognitivo, lo cual ha de ser tenido también en cuenta según sea el estado del mayor.

Incontinencia

Una dinámica fijada de antemano es el mejor recurso para evitar en la medida de lo posible la incontinencia, fijar un horario para ir al baño manteniendo diariamente y evitar bebidas que aumenten el riesgo de incontinencia.

En el mercado existen no obstante diferentes productos de buen resultado como braga-pañales y compresas de absorción para adultos, para los que es aconsejable que sean combinados con ropa de fácil cambio, es decir, cómoda a la hora de quitar y poner (tipo velcro, gomas, automáticos, etc...).

Deambulación

Debemos cuidar ante todo la seguridad de la persona mayor en los casos de deambulación, nadie es capaz de estar pendiente y alerta durante 24 horas al día por lo tanto habrá momentos que por descanso u otras razones no podamos prestar la extrema atención que estos casos demandan por lo tanto debemos cuidar los sistemas de cierre de la casa y si es necesario cambiar las cerraduras para proporcionar apertura mediante llaves en cada puerta. El uso de barreras o dispositivos especiales que impidan la apertura de puertas son otros recursos posibles para evitar las escapadas.

Insomnio

El descanso es una parte importante en cualquier ser humano, la falta de descanso en torno al sueño puede llevar asociados distintos problemas y consecuencias no deseadas en la relación cuidador-cuidado.

Ante la localización de un problema en el descanso debemos tener en cuenta primeramente algunas situaciones que pueden provocarlo:

  • ¿Existe consumo de sustancias que influyan en la ruptura del sueño? Comidas copiosas, cafeína u otras bebidas estimulantes, medicación que altere la somnolencia, etc...
  • ¿Puede estar provocado por alguna enfermedad o proceso patológico? Enfermedades temporales (gripe, infecciones urinarias, etc...)
  • ¿Duerme durante el día?
  • ¿Existen preocupaciones que provoquen cambios del ánimo o han habido cambios en el modo de vida o entorno?

Una vez nos hemos preguntado lo anterior, lo recomendable entonces en estos casos y a modo de orientación es:

Consultar al médico de familia que se encuentra llevando su caso por si la toma de algún medicamento está produciendo el insomnio.

Realizar actividades físicas y ejercicio durante el día, la actitud pasiva y la falta de cansancio puede ser otra de las razones que provoquen o acrecienten una falta de sueño.

No realizar grandes comidas puesto que la digestión pesada de las mismas también provoca alteraciones del sueño, evitar además las bebidas estimulantes.

Mantener una dinámica habitual respecto a la hora de acostarse, puesto un horario continuado y respetado cada día facilitará el sueño.

Intentar llevar la vida activa durante el día en un entorno distinto al de acostarse, dentro de lo posible es conveniente llevar los cuidados y la actividad en una habitación diferente de la que se encuentre la cama.

Evitar las siestas prolongadas puesto que impiden la conciliación del sueño nocturno, robando horas a este.

Los cambios de domicilio también pueden ser un generador de cambios en el sueño, los traslados habituales y la necesaria adaptación continua a diferentes domicilios por parte del dependiente pueden llegar a afectar el ánimo y por tanto el sueño de las personas cuidadas, evitar en lo posible estos cambios repentinos y tener en cuenta que necesitan de ese periodo de adaptación.

Conductas violentas

Las conductas violentas suelen partir de una causa que origina el estado violento, aunque no siempre sea coherente desde nuestro punto de vista lógico, para las personas cuidadas y aún mas si se trata de personas con cualquier tipo de demencia o Alzheimer, siempre tienen un desencadenante para ellos.

Una vez aparecen las situaciones de violencia, es necesario la consulta al servicio médico para poder saber si el origen es alguna de las medicaciones que se están tomando u otra causa clínica, mejor asegurarnos cuanto antes de ello puesto que puede ser una causa de los brotes violentos.

La búsqueda o demanda de cosas o personas del pasado, pérdida o creencia de pérdida de objetos, visiones, alucinaciones, ilusiones, etc... pueden ser un detonante del brote violento y como cuidadoras o cuidadores debemos intentar manejar esta actitud agresiva y hostil de la mejor manera posible, pero, ¿que podemos hacer?...

Una situación agresiva debe ser manejada de manera firme y decidida, este tipo de brotes violentos provocan una sensación de miedo y alerta en el cuidador como defensa ante un posible ataque físico, este miedo nos paraliza, por lo que debemos tomar una actitud rápida y tranquilizadora, hacia la persona cuidada y hacia nosotros mismos como cuidadores, siempre ante todo manteniendo la seguridad de los dos y en caso de peligro inminente huir o pedir ayuda rápida.

La actitud o actitudes que debemos tomar en caso de una situación controlable son:

  • Tranquilizar con actitudes relajadas, hablar siempre despacio y suavemente e incluso poner música tranquila y dar paseos.
  • No forcejear puesto que lo único que conseguiremos es aumentar el estado de agitación.
  • Aprender a reconocer el porqué de estos estados, en ocasiones puede que una agitación repentina solo necesite de una visita al baño.
  • Ser comprensivo ante la situación de ansiedad, es necesario que nos perciba tranquilos y sabedores de que la persona tampoco quiere encontrarse en ese estado.

Conductas obsesivas

En nuestro papel de cuidadores es necesario crear un ambiente de distracción, tranquilo y que aporte estabilidad y alejando todo lo posible cualquier situación estrenaste o fuera de lo normal.

Si la persona cuidada tiene tendencias repetitivas lo mas beneficioso es no tratar de hacerle comprender que ya ha hecho o dicho tal o cual cosa, es mejor no darle importancia puesto que el indicarle que repite conductas, puede crear en el un síntoma de frustración o impotencia.

Si la conducta se basa en ideas paranoicas como pueden ser manías persecutorias, miedo al robo, etc... debemos abordarlo primeramente consultando al especialista y dándole todo tipo de detalles sobre la problemática.

Lo importante en este caso es utilizar estrategias informativas con la persona, como ir relatando continuamente donde tiene el dinero o hacerle expresar los sentimientos haciéndole preguntas sobre lo que reclama, pero desde un modo que fomente el recuerdo de su pasado intentando no ahondar en su problema, si no derivando hacia otros momentos de su pasado que no se encuentren relacionados con el inicio del conflicto. Pero sobre todo es importante informar al resto de los componentes en la unidad familiar sobre las reacciones que está teniendo y como poder afrontarlas con serenidad y astucia.

Si el problema se da la hora de salir del domicilio debemos tener siempre presente que el recurso de la discusión solo hace empeorar las cosas, debemos adoptar estrategias comunicativas como por ejemplo siempre dar por hecho que la persona conoce que vamos a salir, habiendo informado con antelación, en esto es importante la planificación, tanto de la preparación a la salida como en la salida misma, debemos tener presentes los posibles problemas que vayamos a encontrar y valorar si necesitaremos ayuda de otra persona para poder desenvolvernos en las gestiones o paseos externos.

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